Antonio Citron (Valparaiso, 1975)

Antonio Citron, Valparaíso, 1975. Desde los 16 años se acostumbra a viajar con un primer paso hacia Bolivia. Dos años transcurren antes de volver a Chile y seguir una incierta carrera en el ex-pedagógico. Vive de hambre y trabaja en un equipo de investigación poética en España durante 6 meses; trabaja en la radio La voz de Vietnam, Hanoi, Vietnam, donde se vuelve fotógrafo y después de dos años se instala en Francia para hacer un doctorado y planear futuros viajes. Cuenta con un libro publicado en Francia, además de diversas apariciones en revistas literarias de otros países; excepto en Chile, donde no desea dar a conocer aún su verdadero nombre.

Hambruna

Carroña
Sueños
El viejo cuelga en el café.
Una sapiencia paralítica,
Bondad que oculta una correa.
Solo tímidos gestos
Sol-olas & sírvase usted mismo
El hielo aguando un impávido sexo
La ilusión matemática
De un día más en las piernas de chicas
Que no vuelven la mirada,
Unos golpes en las nalgas.

No hay más ni menos,
Es siempre, la misma hambruna.

Esta Noche se Parte de Clasicismos

Al lado del Rhône
Las putas y el polvo (feliz cópula de palabras)
Resumen un clásico de clásicos.
Bajo la corriente las estatuas romanas
Peinan la basura
Y un coro eleva sus cabellos
Mostrando el negro beso de la ciudad
Una boca mohosa – la oscura marca de las ciudades
Donde echan ancla imperios ahogados.
Espirales, iglesias medievales
Humean en sus costillas la orina
Y los tacones aguja.

TAC TAC TAC + + + + TACONES
- -
Los motores se detienen
Fierros rotos se ofrecen en holocausto
Y los cuerpos forman un círculo cuyo radio es la muerte,
Las llantas como escamas adheridas
Queman los ojos de los curiosos.

Esta noche se parte sobre la citadela,
Baila y gime en los remolinos
Como perra en celo
Y empuja a las mujeres hacia los autos.

Estado actual I

Me conocían
Pe poco
O no lo suficiente
Entonces lo rechazaron.

Estado actual II

No me conocían
Entonces me llamaron
“Inédito”.
Efectivamente, era una situación
Inédite para mí.
Mis dedos se recogieron
Al volver la página.

Estado Actual III

El poeta de bi
-gote ligero
Con sus chicuelos
Va falando según un ideario de pañuelo
Que “la poesía es vida”
Y otras cosillas que los mexicanos ya vomitan
(Nos reprochan su estadía
Pero a mí que me registren).

Así expone por el continente
(su jardín de aeropuertos y hadas)
Sus maneras ahuecadas.

Todo esto le ha valido
-según dicen sus jurados maestros-
Muchos aplausos y premios.

Estado actual IV

En tierra sísmica
¡Sobre todo!
No hagan olitas.

Estado actual V

Esta mañana una vecina cantó opera
Cuando regresé a casa
Y abrió un silencio guardado.
Esta mañana un amigo fue
A empolvarles el culo a unos jubilados
Que apenas conoce
Pero le pagan por ello
Y la música sale de las entrañas.
Esta mañana violaron a una mujer
Entre varios despertadores
(Le cobraron haberle salvado el pellejo
Varias veces).
Esta mañana fue maravillosa.

Estoy escribiendo

Escribir
Sobre todo si se posee la capacidad de
Hacerlo sin lápiz
Ni computador
Ni papel
Ni pintura
Ni sonidos
Ni siquiera ruidos.
Un espacio mínimo
Feliz mutismo
Tendido con el mundo invertido.
Necesito mi pequeñez, caído
En los pasillos
Se ven luces, puertas austeras
Insolentes se suben las faldas.

¡Apaguen esa radio
Por favor!

Andrés Kalawski (Santiago, 1977 )

Sus textos de teatro breve han sido premiados en diversas oportunidades. El 2001 su obra “Más que nada” fue incluida en la VII Muestra Nacional de Dramaturgia y nominada al premio APES como mejor dramaturgia del año. Ha publicado también cuentos y columnas de opinión. El año 2002 un jurado compuesto por Nicanor Parra, Volodia Teltelboim, Miguel Arteche, Gonzalo Rojas y Fernando Quilodrán le entregó el primer premio del Concurso de Poesía de los Setenta Años de las JJCC. Actualmente trabaja como profesor de dramaturgia de las universidades Católica y Mayor.

Más de él en : http://www.edicionesdeltemple.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=29&Itemid=9

Homenaje

Yo tengo un Parra colgando
       por el cuello/de los pies
      con las cuencas vacías
Es muy gracioso cuando
       los niños lo escupen
       grita que es Juan Rulfo
              o algo así

Frenografía

Todos los líquidos tienen una parte de agua
Todos los sólidos
Tienen una parte de arena
El universo se gasta
La forma de su cráneo encierra su contenido
No hay poema si no una llanura de pasto
Una isla
mancha en el ojo
Alguien me dijo algo
Lo he olvidado.

Y dice

Las causas de los monstruos son varias.
La primera es la gloria de Dios. La segunda, su ira.

La tercera causa de los monstruos es la memoria.

Reordenar los pedazos que abandona la luz.

Que por artificio y combinación del presente y la ausencia
seas lo que ya no eres.

Volver. Y que los efectos contemplen las causas.

La cuarta causa de los monstruos es el horror.

La quinta, la belleza.

Dice más o menos, así.

* Textos extraidos de "Poesìa 2002, Concurso Nacional Marzo-Septiembre JJ.CC."

Rodrigo Verdugo (Santiago, 1977)


Nace en Santiago de Chile el 9 de enero de 1977. Es editor y articulista de la revista Derrame. Sub director de la Revista Rayentru y Coeditor de la Revista Labios Menores. Su obra se encuentra publicada en diversas revistas y antologías chilenas y extranjeras siendo traducida parcialmente al Ingles, Frances, Italiano, Portugués, Polaco y Árabe. Es autor del libro “Nudos Velados” Ediciones Derrame 2002. Ha participado en exposiciones colectivas en España y Portugal Actualmente trabaja en la preparación de su libro "Anuncio".


CONTINUIDAD

Nació de un retrato de niebla
Olas inconfesables alumbraron esa voracidad.
Los fundamentos del día pasaron a la sangre
Las ciudades se quedaron blancas
Velaron las mitades de un mismo cuerpo en ataúdes distintos.



VICTOR JARA CAMINANDO EN EL HUMO



Fumas a la orilla del mar, te gusta que el humo se pierda en el horizonte
No sabes como has llegado aquí
Solo sabes de un ensimismamiento de labio en las amplitudes de la sangre
Toda esa desfundación que callan las espumas
Humo, solo eso le darás a quienes vuelven desfondados,
Y hasta un camino podrías mostrarles en el humo
Un camino más como tantos otros,
No sabes como has llegado aquí
Ellos tampoco lo sabrán si empiezan a caminar hasta que el alba los entuba
Porque caen dos veces al mismo tiempo
Como un beso para volver más arcana la arena
Los caballos se paran ante la hemorragia coral de las nubes
Eso es una señal para que nunca dejes un cigarro sin terminar
Nunca dejes de llamar el humo en su vientre
El humo que aunque se atrape, no deja de perderse en el horizonte
Ella te espera cuando las bestias vuelven lenta la tarde
Tu acaricias ese cuerpo aun joven, sabiendo que solo la carne vieja y amortajada
Puede hablar con las palomas en lenguas extinguidas y darle la paz a los espirales
Vas a cantar para ella
Cuando entre a la casa de las agujas y vea llover afuera
Vas a cantar para ella, y cuando lo haces te pierdes como el humo en el horizonte
Ella correrá para atraparte,
Pero los lagartos no dejan que nuestro corazón baje hasta la ciudad de piedra
Porque allí se esconden quienes eyaculan oro para que el mar retome la copa absoluta
Porque del choque entre las auras contra las ascuas nació el desierto
Según las trinidades que has visto pasar rápidamente en el humo
Esto seria así A un lado el mar y al otro la copa absoluta y al medio el oro
Luego el humo se pierde en el horizonte y queda así: A un lado el humo y ella al otro
Y al medio las bestias que nos traerán una estrella en sus hocicos
Esa estrella que ha caído dos veces al mismo tiempo
Vas a cantar para que así sea, oh así sea
Y ahí vienen ellos, pero es tan fuerte el sol, que no alcanzas a ver sus rostros
Solo que traen monedas en las manos, monedas que ellos mismos acuñan
Quieren subir para ver como los padres endurecen las espumas
Cada vez que mueren esas bestias que no copularon nunca
Ah cabeza del padre, recíbelos, cuando logren llegar
Aun cuando lleven métodos y terrores de sal
Tú los recibirás como si fueran aquel hollejo inquisitorio que te falta
También cantaran para ti
¿Pero que herencia podría subir desde el fondo de las aguas hasta dejarnos sin cabeza?
Porque antes tu padre sostenía la cabeza de tu abuelo, estaba sentado al lado de un pino
Y la elevaba cuando el pino se cimbraba por la niebla y el viento
Cuantas fracturas cubiertas de fuego y de sal pasaban por debajo
Cenaste gavilanes sobre tierras azules, acariciaste a tanta mujer, especificando los bosques
Escuchaste algo que se partía, el mar subsumiendo la superficie dominante
Más te han escuchado cuando hablas a escondidas
La besabas y le decías: Cuando las copas se llenan el cielo se nubla,
La besabas y especificabas el bosque
Le hacías un cinturón con la cola de aquellas bestias que jamás copularon
Se lo ponías en la cintura y como si fueran a levantar un templo
Ambos se poseían hasta que los huesos reencuentran un poder fosforescente
Ambos se poseían hasta que el placer reencuentra sus demonios de arena
Y es tan fuerte el sol sobre la cabeza del padre
Que no alcanzamos a ver cuantas monedas debemos acuñar
Porque después tu padre sostenía una calavera de cuarzo
Tanto fuego y sal pasaron por encima
Ya no estaba sentado al lado de un pino
Sino que estaba sentado al lado de una espiral
Y con la calavera de cuarzo levantaba un templo desde adentro de las tierras azules
Camina sobre el humo
Recuerda cuando te despertaste y el pino se cimbraba por el fuerte viento y la neblina
Hay un ensimismamiento de labio en las amplitudes de la sangre
Si el hombre empieza a caminar hacia adentro,
Como en esos caminos que hasta se pueden mostrar en el humo
Reencuentra ese sexo de mujer como microscopio embrujado
Reencuentra esa calavera de cuarzo
Que ordena que moluscos y crustáceos cubran totalmente las playas
Que ayer contemplabas desde arriba, como si estuvieras en lo alto del coro
Ahora fumas a la orilla del mar
Y a nosotros los desfundados hasta un camino puedes mostrarnos en el humo que
Aunque se atrape, no deja de perderse en el horizonte.

Rodrigo Rex (Santiago, 1983)

Rodrigo Rex Bravo, estudiante de 5to anho de sociología de la Universidad Central, escribe poesia desde los 15 siempre como aficionado, ha participado en algunos recitales de poesía como Bar Per verso. Es parte la antología de poesía y narrativa de la editorial Mago Editores ‘’ Forestal 22’’ Actualmente reside en Nuñoa.




Prostituta


Hola ¿tienes un cigarro?
Lo siento pero no fumo, si quieres puedes ayudarme a esperar,
¿A esperar que ?
A que aparezca alguien y se atreva a mirarme a los ojos.


La Brevedad

Nunca más breve que el silencio,
Dimos una vuelta,
Caímos de la cama,
Y dormimos eternamente,
Solo por esta vez…


Poema 20 Sin Cortes

Puedo escribir los versos más freaks esta noche,
Escribir por ejemplo,
El cielo esta nublado,
Tengo una cerveza,
Y nadie con quien compartirla…

El viento de la noche,
Huele a pobreza
Huele a exclusión
Huele a sexo y a perdición…

En las noches como esta,
Me la imagine,
La bese,
Me engaño,
La engañe…

Ella me quiso,
O al menos eso pretendía,
Yo la quise,
Pero me cago varias veces…

Eso es todo, a lo lejos alguien canta,
Puede ser la voz de Billie Holiday,
Acordándose de su cruda infancia,
O Edith Piaf, engatusando al pobre de Adolf, que en el fondo,
Parece que tuvo algún remordimiento,
O es que solo no podía dormir…

Ya no la quiero,
O si la quiero?
Como saberlo,
Soy un simple ser humano…

De otro será, de otro, como antes de mis besos,
Caricias,
Abrazos,
Silencios incómodos,
Pretextos,
Pos-textos,
Pos-sexo,
Pre-sexo…

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
Bebiendo su sabor,
A juventud y a locura,
A locura, y a carne,
Fresca y tibia…



Aunque sea el ultimo dolor que me causa,
Sin duda no será el ultimo,
De eso,
Puedo estar seguro

Valeska Casanova (Santiago, 1976)

Nace en Santiago en el año 1976. Estudia Pedagogía en Castellano- Participa en el taller literario de Gonzalo Millán en el Centro Cultural de España. Ha realizado algunas colaboraciones en el área de corrección de textos: revista Dedal de Oro (San José de Maipo), revista Kallecitas y en la Editorial La Calabaza del Diablo.


Muñeca bizca

La fealdad se fijó en mí
y este ojo que ya no es mío
me recuerda que la belleza
pasa por mi lado
y no me encuentra.

Mi rostro maltrecho
y mi escasa dentadura
dicen que es mejor no ser vista
y mirar hacia el lado.

Bajando las pestañas
olvido qué se siente
cuando las risas atropellan mis pies
y cuando aquél que me engendró
escarba insistentemente en mi témpano.
Ya no quiero ver
los cortes en esta piel

y en mi vientre
han nacido ángeles
que abonan en silencio
la tierra.

Loca Muñeca

Desde pequeña
me condenaron a usar
pantalones.

No quería
este cuerpo no es el mío.

Fui creciendo con el miedo
entre las piernas
y al amparo del látigo
que sí castiga.

Una tarde
los chicos del barrio
en círculo
y yo
con la mirada hacia abajo.

Me fui lejos
para olvidar los cuchillos
los ojos de mi padre.

Y ahora clamo
como una yegua despotrada
ansiando la caricia de la madre
extraviada
y en mi vientre
la luna
me da vuelta la cara.



Sin Muñecas

Mis labios de rojo
acumulan el hambre
de ollas podridas.

Con la mugre hasta los dientes
huí
y llegué a este puente
con mis flores estropeadas.

Nunca supe de juegos
sólo desperté esa mañana
con el olor a resaca en mi pelo

y en mi vientre
los meses ya no aguantan el frío

Claudia Curimil (Santiago, 1985)

Bachiller en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Chile; tiene estudios de Psicología y Literatura en la misma institución. Fue integrante del taller de poesía "Isla Negra" y el taller literario "Greda Azul". Ha participado en distintas actividades culturales con canto (música latinoamericana) y poesía. Dicho trabajo poético se encuentra inédito y sin participación en concursos. En el Concurso Nacional de Cuentos Teresa Hamel 2008 queda entre los diez mejores trabajos narrativos obteniendo la publicación del cuento "La Polaca" en el libro "Cuentos Hamel 2008" (Sociedad de Escritores de Chile, 2009).


Versos de paso:

20

Mientras escribo
Alguien está cayendo del mundo.

23

Qué lindo cuando los hombres se cansan.
A veces se sientan
y miran el sol

24

Te digo, Ernesto,
la revolución se quedó hermosa en tus ojos
Nadie ha vuelto a hablar desde allí

25

Abrir la herida, estirarla
Hasta ver hacia dónde dejamos caer el alcohol

26

Te he dicho tantas veces
Los padres son la herida de nacimiento
Que el tiempo no cicatriza

(s/t)
Madre, padre:
me confieso frágil como el latido de un animal agónico,
sensible y vulnerable como una hoja
para siempre en otoño


Me confieso terriblemente intranquila
porque no me basta lo que me dicen,

porque siempre necesito ver el revés

me declaro anarquista
como un niño con sus propios sonidos para llamar las cosas

y me declaro insensata,
completamente tonta
para las nuevas necesidades.

Declaro que mi urgencia, mi única urgencia
es proteger la ternura:
la única arma
para la única guerra.

Memoria
No estoy sorda.
Oigo cultrunes ajados en el pecho.
Respiro
y conmigo los muertos.

No estoy sorda.
Oigo cultrunes y me bailan las piernas.
Un temblorcito que no entiendo.

El cuerpo es memoria.

El músculo que se mueve
sabe
recuerda
lo que yo no sé nombrar
con esta lengua
partida