Teresa Calderón nació en La Serena, en 1955, e integra una familia de escritores y poetas. Profesora de Literatura en las universidades Católica y Finis Terrae dirige actualmente talleres de poesía, cuento y autobiografía. Ha publicado Causas perdidas (poesía, 1984), Género femenino (poesía, 1989), Imágenes rotas (poesía, 1995), Veinticinco años de poesía chilena (antología, 1996, junto a Tomás Harris y Lila Calderón), No me arrepiento de nada (poesía, 1999), Aplausos para la memoria (poesía, 1999), Vida de perras (cuentos, 2000), Aventuras de Súper Inti y Analfabruja (novela, 2000), Esta mañana llovía a cántaros azules (novela, 2002), El tesoro de la bruma (novela, 2002), Amiga mía (novela, 2003), Súper Inti y el misterio del espejo (novela, 2004), Súper Inti y Serena atrapados en un portal (2008) y Elefante (poesía, 2008). Su obra figura en numerosas antologías de poesía chilena editadas en el país y en el extranjero.
Ser mujer
Terminé como no sabía que quería terminar.
Me derroté a mí misma y obtuve la única victoria.
A fuerza de costalazos me hice hombre.
Celos que matan pero no tanto
“Hombres de mala ley, animales de mierda
que no son capaces de hacer nada que no sean desgracias”
García Márquez
1
Ya había visto sus ojos en los tuyos
que no me miran que se mueren por verla.
2
Era un desliz definitivo.
Desde un bolsillo de secretos
un nombre de mujer
tu letra un número
la prueba final en la estructura mítica del héroe
-consultar Villegas, Juan- desde el bolsillo
esa mujer
ese cuerpo de tus delitos.
3
Mañana marcaré ese número.
Repetiré la operación hasta dar con esa palomita.
Pienso decirle menos cosas de las que pienso.
Pero a ti, te lo advierto
nos encontraremos los tres y sean cuales fueren los resultados
te lo prometo
aquí va a haber un muerto
habrás un muerto en la familia
querido mío.
4
Como ves
o como no ves
estoy pendiente de ti.
Estoy el colmo de ti.
5
He aguzado el olfato
para husmearla mejor en tus camisas
en los jardines de tu pecho.
Si captaras la sutileza de mi oído
qué magnífico espectáculo
pegado a las puertas
el ojo a las cerraduras
como el náufrago a su tabla
y todo el océano para él solo.
6
Todos mis sentidos alerta pueden reconocerte
a una distancia de metros
bajo una niebla de película
en pleno centro de Santiago
a las doce del día en medio de la gente, animal.
Todos mis sentidos alerta.
Dije todos
menos el sentido del humor.
7
Cuídate de mí, maldito,
porque te amo.
8
Más vale que te cuides.
Tú sabes una caída en la ducha
esas son caídas fatales me entiendes
un remedio demás o equivocado te fijas
un accidente casero cualquiera tiene en la vida
arreglabas un enchufe y ¡oh, sorpresa, Fiat Lux!
me comprendes
o el cuchillo de cocina guardado adentro de la cama
o el gas lento pero seguro
no olvidemos.
Por eso, cuídate
mejor que te encuentre confesado
oleado y sacramentado y todo
si te descubro
amadísimo héroe.
9
Te acaricio te araño
con táctica felina
porque estás mintiéndome
porque te juro lo sé todo
aunque no digas ni pío.
10
Tardaría la noche entera enumerando
los espantos que te haría
si se confirmaran mis-según tu miserable opinión-
infundadas sospechas.
No tienes idea la de horrores que soy capaz,
mi vida,
la infinidad de maleficios que prepararía en la cocina
hasta dar con esa pócima
que te pusiera fuera de combate.
11
En esta guerra sangrienta
las matemáticas están claramente de tu parte
yo soy una y una no es ninguna.
ante una ventaja así no cabría más
que deponer esas armas con las que no cuento
y saludarlos con mis mejores deseos:
que sean tremendamente infelices
que se pudran.
Quiero que reciban periódicamente
a la cigüeña cargada de imbunches
que no falten al himeneo las reinas de la muerte,
las parcas de infalibles tijeras
¡Oh, Mnémesis
diosa fantástica de la venganza
Código de aguas
La lluvia
se dedicó a llover
desconsolada.
Trajo un canto perdido
y acunado en subterráneos.
Vino hiriendo
las tejas de los años
las rodillas de un niño
con ojos fijos
llegó a beber la conciencia.
Después formará túneles
crecerá por encima del ladrillo
y el agua
se esconderá en la tierra
con los muertos.
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